lunes, 26 de abril de 2010

frío

ya no me pierdo en la ventana mirando la tarde.
ya no levanto la frente buscando la brisa.
ya no huelo el verano insolente.
ya no siento los grillos de hace unos días.
ni el sabor de las uvas que se desgranan.
porque está volviendo el frío.
y la ventana está empañada.
y el viento helado de la tarde se cuela entre la lana.
y el otoño es hojas secas y el olor de las tostadas
y un perro ladrando a lo lejos.
y tal vez una sopa en la cama.

martes, 13 de abril de 2010

Preguntas lingüísticas

Como el status de Facebook cambia tan rápido, me quedé con ganas de dejar para la posteridad digital esa reflexión de hace unos días atrás.
Y es que si el femenino de actor es actriz, y de emperador es emperatriz...

- El femenino de cantor debería ser cantriz
- El  de pintor, pintriz
- El de locutor locutriz...

 y así, no? 

jueves, 8 de abril de 2010

Perdón Veganos!

Tengo una suerte de contradicción interior.

Los últimos años he visto crecer en gran manera una serie de iniciativas naturistas, vegetarianas, veganas, que surgen como alternativas más sanas de vivir y de comer,  y que con ello, conllevan además un respeto y un reconocimiento por el reino animal.

Veo con qué pasión tantas personas toman esa bandera y la hacen flamear con energía y entrega en sus vidas. Y me parece respetable que así sea, pero me pregunto -he ahí la contradicción- por qué si son opciones de vida, muchas veces siento que la pasión de esos entusiastas a veces se transforma en totalitarismo, en la "unica" opción... no sé si me explico.

Lo curioso del caso, es que si yo me remito a mis más básicos instintos alimentarios, cuando yo pienso en comer, pienso en momentos, y generalmente los mejores momentos, esos que me dan más alegría interior por decirlo de algún modo, son aquellos que comparto con quienes quiero, con quienes me "alimentan" la vida... y siempre acompañados de todo lo no recomendable en términos dietarios, por ejemplo:

- Un viernes por la noche, ver una película en familia, está asociado indefectiblemente a unos completos (o panchos) -idealmente con ketchup, mayonesa, mostaza, tabasco- o unas pizzas con masa crocante y queso chorreante, por supuesto con una bebida gaseosa, y ojalá palomitas.

- Con mi mujer, comernos un chocolate antes de acostarnos es, un placer casi comparable con hacer el amor (nunca un sustituto!)

- Una reunión con amigos o familiares puede tener muchas versiones, pero convengamos que en estos lados del urbe, la versión más cercana a la perfección es el asadito, en cualquiera de sus variedades (chancho, chivo, pollo, pescado, vacuno...) El asado debería ser la octava maravilla del mundo. No por nada el inolvidable Fontanarrosa definía el paraíso en "Cielo de los Argentinos" como un asadito con los amigos, y el partido está por comenzar en la tele.

- Y las empanaditas? qué sería de nosotros los hispoanoablantes si no existieran las empanaditas? Con carne molida, o picada, suave o picante, con huevo, hasta con pasas o con papas. Empanadas en cualquiera de sus versiones.

- Cuando viajo, y estoy en un hotel de esos que tienen desayunos monumentales, no puedo sustraerme al placer de comer unos huevos revueltos con tocino, todos los días que pueda.

- Capítulo aparte, lo confieso, es la comida rápida. Creo que hay pocos momentos tan placenteros en la ajetreada vida de una gran ciudad, como cuando uno entra a uno de esos locales, y muerto de hambre pide esa doble hamburguesa con tocino, doble queso, una coca regular, y papas fritas (con el combo agrandado)  y se sienta a disfrutar con la vista perdida absorbiendo toda esa masa de hidratos de carbono que tanto se parecen a un pedazo de cielo.

- Y en este mundo gastronómico, cómo olvidarnos de las fuentes suizas, alemanas, sangucherías, carritos a la salida del estadio, snacks, cocinerías... en fin, todo lo que se dice boliche en el tradicional sentido de la palabra.

Debo ser un troglodita, y posiblemente esta declaración implique de manera instantánea un rechazo por parte de cualquier organización con gente decente que pelea contra la obesidad y la crueldad animal.

Pero ojo,  yo no estoy hablando de vivir comiendo, sino que creo que no pasa nada si comemos de manera equilibrada cualquiera de estos menús, sobretodo por los momentos que significan estas comidas.

Tampoco pretendo atacar ni desmerecer la opción de vida de quienes eligen no comer nada de esto.

Yo sólo pido, déjenme comer. Déjenme elegir. Son mis mejores momentos!