Tengo una suerte de contradicción interior.
Los últimos años he visto crecer en gran manera una serie de iniciativas naturistas, vegetarianas, veganas, que surgen como alternativas más sanas de vivir y de comer, y que con ello, conllevan además un respeto y un reconocimiento por el reino animal.
Veo con qué pasión tantas personas toman esa bandera y la hacen flamear con energía y entrega en sus vidas. Y me parece respetable que así sea, pero me pregunto -he ahí la contradicción- por qué si son opciones de vida, muchas veces siento que la pasión de esos entusiastas a veces se transforma en totalitarismo, en la "unica" opción... no sé si me explico.
Lo curioso del caso, es que si yo me remito a mis más básicos instintos alimentarios, cuando yo pienso en comer, pienso en momentos, y generalmente los mejores momentos, esos que me dan más alegría interior por decirlo de algún modo, son aquellos que comparto con quienes quiero, con quienes me "alimentan" la vida... y siempre acompañados de todo lo no recomendable en términos dietarios, por ejemplo:
- Un viernes por la noche, ver una película en familia, está asociado indefectiblemente a unos completos (o panchos) -idealmente con ketchup, mayonesa, mostaza, tabasco- o unas pizzas con masa crocante y queso chorreante, por supuesto con una bebida gaseosa, y ojalá palomitas.
- Con mi mujer, comernos un chocolate antes de acostarnos es, un placer casi comparable con hacer el amor (nunca un sustituto!)
- Una reunión con amigos o familiares puede tener muchas versiones, pero convengamos que en estos lados del urbe, la versión más cercana a la perfección es el asadito, en cualquiera de sus variedades (chancho, chivo, pollo, pescado, vacuno...) El asado debería ser la octava maravilla del mundo. No por nada el inolvidable Fontanarrosa definía el paraíso en "Cielo de los Argentinos" como un asadito con los amigos, y el partido está por comenzar en la tele.
- Y las empanaditas? qué sería de nosotros los hispoanoablantes si no existieran las empanaditas? Con carne molida, o picada, suave o picante, con huevo, hasta con pasas o con papas. Empanadas en cualquiera de sus versiones.
- Cuando viajo, y estoy en un hotel de esos que tienen desayunos monumentales, no puedo sustraerme al placer de comer unos huevos revueltos con tocino, todos los días que pueda.
- Capítulo aparte, lo confieso, es la comida rápida. Creo que hay pocos momentos tan placenteros en la ajetreada vida de una gran ciudad, como cuando uno entra a uno de esos locales, y muerto de hambre pide esa doble hamburguesa con tocino, doble queso, una coca regular, y papas fritas (con el combo agrandado) y se sienta a disfrutar con la vista perdida absorbiendo toda esa masa de hidratos de carbono que tanto se parecen a un pedazo de cielo.
- Y en este mundo gastronómico, cómo olvidarnos de las fuentes suizas, alemanas, sangucherías, carritos a la salida del estadio, snacks, cocinerías... en fin, todo lo que se dice boliche en el tradicional sentido de la palabra.
Debo ser un troglodita, y posiblemente esta declaración implique de manera instantánea un rechazo por parte de cualquier organización con gente decente que pelea contra la obesidad y la crueldad animal.
Pero ojo, yo no estoy hablando de vivir comiendo, sino que creo que no pasa nada si comemos de manera equilibrada cualquiera de estos menús, sobretodo por los momentos que significan estas comidas.
Tampoco pretendo atacar ni desmerecer la opción de vida de quienes eligen no comer nada de esto.
Yo sólo pido, déjenme comer. Déjenme elegir. Son mis mejores momentos!
Estimado amigo:
ResponderEliminarYo me he hecho medio vegano por salud,los animalitos están para comerlos y si no desaparecerían. Aclarado este punto ahí un termino medio entre ser troglodita y cuidarse, nos engañan constantemente, pero por vagos y estúpidos. LA forma correcta de comer es la aconsejada por las OMS, que resulta que como en la pirámide pone de 2 a 4 porciones de frutas al día, los nutricionistas, especialistas en envenenarnos poco a poco, lo transforman por arte de magia en 4 piezas de frutas, sin tener en consideración la BASE de la pirámide, básicamente y para no cansarte la proporción es por cada medio kilo de cereales, patatas, y legumbres te puedes comer 100 g. de fruta, cien gramos de verdura, cien de leche y 30 g. de carne, pescado o huevo, observa que la OMS no hace distinciones entre pescado y carne.
Que hago yo para cuidarme y cuidar a mi familia. Lo primero erradicar los lácteos como comida habitual, lo tomamos pero como golosina. Cuando hayas dejado la leche dos semanas empezaras a comprender como nos han mentido te informaras de que la leche ataca a los pulmones, al hígado, provoca anemia, descalcifica y es cancerígena, ademas de engordarnos. Lo siguiente en tener muy muy claro es que el estomago es una batidora que trabaja a 37 grados. Mete un pan, carne, verdura legumbres y luego te comes una fruta, que el cuerpo te pide para eliminar las toxinas de la carne remueve dos o tres horas a 40 grados y obtendrás un buen montón de mierda, que es lo que entra al intestino, que es el que nos da los nutrientes, no los encuentra por que solo le entro mierda y los poco que pilla los almacena por que pasa hambre, el resto lo cagaras con grandes sufrimientos.
En definitiva sigue comiendo como quieras, pero planteate que a veces apetece más un pan calentito recién hecho que una hamburguesa. Y las golosinas y la fruta con el estomago vacío. Se que me aturulle un poco, pero son tres o cuatro años de pruebas y errores, y es difícil condensarlo.
Pero resumiendo como principalmente pan, cereales, arroz y legumbre yo acostumbro a acompañar con algún trocito de carne o huevo, y si me invitan a un asadero como tanto como los demás pero en el día a día procuro mantener esta dieta que tanta salud y bienestar me ha aportado, por cierto perdí 30 kg. sin hacer ejercicio, comiendo como nunca y la acidez de estomago.