Esta mañana miraba las noticias locales, y me tocó ver a un político, ahora de la oposición, opinando sobre si tal o cual decisión le significaba a quien la tomaba, un costo en su imagen política, un sacrificio en sus niveles de popularidad.
Cada vez que escucho ese tipo de comentarios, igual que cada vez que los escucho cuando analizan los resultados, donde siempre por alguna extraña razón se declaran ganadores aunque pierdan, llego a la misma conclusión, y termino desinteresándome una vez más de esa alicaída estirpe que dirige los destinos de nuestras vidas gracias a los votos.
Al final del día siempre su tema es estar más preocupados por sus votos, por su popularidad, por sus objetivos políticos, por sus deseos personales para la próxima elección, que por realmente gobernar, por mejorar las cosas, por cambiar el destino de un país, o por encauzarlo. Todavía no se dan cuenta, que cuando empiecen a poner los temas prioritarios en el orden en que deberían ir, todo lo demás, vendrá naturalmente...
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