me estaba acordando del principito. la historia del principito y el zorro. y pensaba en ese momento en el que finalmente se cruza el límite. y somos más domésticos que salvajes.
cómo en ese proceso, sutil pero inexorablemente, vamos dejando que el viento de los días y nuestra voluntad, deshojen una a una las rayas del tigre, otoño cotidiano que todo lo termina transformando en predecible.
peligrosamente inofensivo, si confiamos que hoy será también mañana.
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