No sé si fue cuando dejé para unos días después, lo que pensaba escribir en mi blog. O habrá sido entre esa llamada a un amigo que no alcancé a hacer porque tenía una reunión de trabajo y el mail que se quedó en el borrador en blanco, sólo con el nombre de papá en el encabezado.
Sólo cinco minutos para pensar. Sólo cinco a la semana. Ese es mi propósito 2011, antes que se acabe el mes para hacer planes y buenas intenciones. Un posteíto de nada cada semana, como para sentir que además del trabajo y la familia, también hay tiempo para seguir 1,2,3 probando.
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