miércoles, 17 de febrero de 2010

la luz de sus ojos

Ayer, mi hijo fue a buscarme a la oficina. Yo iba saliendo, y el me esperaba en la puerta de entrada, mirando por la ventanita donde se entrega el correo. La escena era tan simbólica, que tenía que dejar un registro. Ahí afuera estaba la luz. El día que empezaba a las siete y media de la tarde. El día de verdad.

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